viernes, 28 de agosto de 2009

Doves y la nostalgia de la realidad

El final del verano es para mí como el principio de una nueva vida
no es que sea un apasionado de esta época estival
ni haga grandes cosas, festivales y algún viaje con amigos
no soy de los que dejan relaciones en verano ni pierden el sentido común, si alguna vez lo tuve,
pero cuando termina el verano me acuerdo de El camino de los ingleses
y de la primera vez que leí el libro y de a quien se lo regalé
pienso cuando fui a ver la película al cine y de los besos que di
pienso en mi infancia, la playa, el restaurante chino, las baratijas en las tiendas a ras de mar,
los polos de menta y el granizado de limón
recuerdo el invierno pasado, bueno
este año recuerdo también el anterior, que fue como un antes y un después
un renacer
si, cuando termina el verano repaso mi vida y hago de los momentos mas importantes la quinta esencia de mi razón para vivir,
por que, cuando finaliza el invierno despierta la ciudad, el mundo sigue bajo tus pies y tu innata capacidad para hacer de tu vida la que siempre deseaste llevar se antepone a cualquier fallo, caída, recaída o traspiés
llega el otoño y con el la poesía que reside bajo la sentencia de la realidad.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Algún día tú y yo nos conoceremos. Y nos enamoraremos :).