jueves, 11 de febrero de 2010

Sobre la inmortalidad



Para adivinar que había tortura en el alma de McQueen sólo había de acercarse a sus elaboradísimos patrones.

OBITUARIO. EUGENIA DE LA TORRIENTE. EL PAIS

2 comentarios:

Viva dijo...

No. No y no. No se puede haber muerto. ¡No!

Anónimo dijo...

Una vacante vacía... irremplazable, final autodestructivo, en medio de una carrera más que construida. Uno de los dioses de la moda, regresa al Olimpo... donde pertenecía...