domingo, 8 de febrero de 2009

Thomas Ruff, los modernos y la falsa sociedad

Desde Robert Frank, a Helmut Newton pasando por los sobrevalorados Chema Madoz y David LaChapelle. La fotografía, las artes, la moda, realmente la sociedad y las tarimas de las discotecas, ha estado formada por trasgresores, nuevas miradas, nuevas tendencias y nuevas técnicas que mostrar.

Este nuevo saber hacer se ha desempeñado siempre bajo la atenta mirada, y la critica, de maestros de la vieja escuela que tan a raja tabla cumplen aquello de "al progreso por el progreso". O lo que es lo mismo, que si las cosas no avanzan y su buen hacer sigue siendo el culmen de la modernidad, y, sobre todo, la imagen de la calidad, mejor que mejor, que el titulo de maestros no fue algo fácil de conseguir.

Pero si algo ha habido y habrá en estos círculos, que resultan al final tan cerrados, son esos modernos que apoyan el cambio por el cambio y elevan a los altares a estos artistas de la nueva ola.

Hablando sobre la fotografía y la nueva manera de hacer, sobre los barridos, los desenfoques, el movimiento, el montaje a tijera, pegamento y papel, sobre esa manera de alterar la fotografía con los controles de la cámara, comentábamos las puertas cerradas que nos encontrábamos al presentar las fotografías del último desfile de SinPatrón repleta de movimientos o la limitación de un concurso nacional de fotografía donde se prohibía el uso de cualquier programa de pc.

Todos estábamos de acuerdo en revindicar nuestra manera de hacer, y, en demostrar como no hay límites en las artes, ni mucho menos en la fotografía. Nos mostramos diversos trabajos, hablamos de proyectos, de fotógrafos, arquitectos, ilustradores, diseñadores y pintores. Y la modernidad, como en la sociedad, se respiraba en el ambiente. Éramos pocos, y decidimos investigar, progresar, jugar con todo lo que teníamos a nuestro alcance. Jugar con nosotros mismos. Y con los demás. Si, al igual que en esta tan moderna sociedad.

Y llego el momento en el que verdaderamente todo avanzó. Algunos encontraron un estilo, otros fuimos a mas, y, ocurrió lo inevitable, que los pitillos fluor estaban en los escaparates de cada tienda de cada ciudad. Modernos éramos todos, hasta que alguien nos superó. Alguien jugo más que los demás, apostó mas alto, miró mas allá, hacia un lugar, una técnica, una obra, una manera de hacer que no pudimos controlar. En ese momento aquellos trasgresores se habían convertido en los maestros de la sociedad y no iban a consentir una sublevación. Su trono era su trono. Y su tarima inalcanzable.

Todos somos modernos hasta el momento en el que alguien lo es más.


En este momento recordé las fotografías de Thomas Ruff. Este fotógrafo juega con el movimiento, el barrido, con los tiempos de exposición. Pero su manera de fotografiar, de romper las reglas no entra en aquella rienda suelta que la nueva escuela decidió crear. No es un fotógrafo actual. Y sus imágenes no son elegantes, ni en el contenido, ni en la técnica. Se pierde la nitidez hasta el punto de no saber que hay representado. Observamos sus fotografías y vemos como desaparece el contenido en favor del continente. Pero vemos, ante todo, otra vez, como los antiguos superan a los modernos. Como todo esta inventado. Y en el caso de que no sea así, vemos una nueva manera de hacer, una trasgresión salida de entre los muertos. Algo con lo que no habíamos contado, y que sentimos la necesidad de controlar.

Y reescribimos aquella frase en nuestra mente: Todos somos modernos siempre y cuando alguien no lo sea más.


5 comentarios:

Viva dijo...

Y yo sosteniendo que ahora lo moderno es no querer serlo... Chapeau

Patrick dijo...

Que los pitillos flór acabasen en todos los escaparates fue un grave error. Eso es así.
Y hay que permitir que nos arrebaten el trono, que ya lo hemos disfrutado, y una vez alcanzado el sueño americano, para qué más.

Franchejo dijo...

Para mi, más que el hecho de que seamos modernos hasta que uno sea más moderno que nosotros, prefiero pensar que hay realmente poca gente que es realmente moderna (en la acepción de moderno como aquel visionario o innovador, aquel que crea algo realmente nuevo) hay muy poca, y que el resto de la gente que crea realmente reinventa aquello que ya esta hecho de forma natural, por lo cual, esta reinvención es bastante caduca.


Preciosas fotos, esas seguro que no estan hechas con el programa automatico.








:)

Cohen dijo...

'Todos somos modernos siempre y cuando alguien no lo sea más.'


La escribire en la pared de mi habitación a un tamaño descomundal para recordarla siempre. Es entonces cuando llegan las maletas cargadas de tópicos de los que la gente habla.

Andrea Martínez Maugard dijo...

Vaya fotos q has puesto jajaa! En todo caso, concuerdo contigo: ese Dadvid LaChapelle nunca me acaba de convencer con su trabajo