Es por eso por lo que cuando pienso en la felicidad aparece un salón, la puerta abierta a un balcón, el sol golpeando con fuerza pero sin quemar. Mi cuerpo, recién levantado, se mueve de una estancia a otra, diferentes voces recorren la casa sin cesar. Siempre he sido de esconderme en los rincones para crear de ese momento algo que vaya mas allá.
Esta es mi felicidad, y nunca pude contártela, pues, cuando te pedí que te quedases, me dijiste que ya te habías marchado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario