Se diría, que a juzgar por los indicios, que el soñador –Goya, el artista—ignora dos cosas, la segunda mas que la primera. Una, que nos sugiere el titulo, es que quien se encarga de convocar las presencias subterráneas que taladran las sombras con la mirada, es el propio durmiente con el sestear de la conciencia. Otra, que señalo en el titulo del presente libro, El cuerpo es el sueño de la razón, es que este mismo autor ignora que todo lo que refrenamos de nuestro fuero interno, todo aquello que reprimimos, retorna tarde o temprano a cerrar el circulo con alguna reparación que no es siempre inteligible. Refrenados hasta entonces, los contenidos instintivos no liberados se evaden durante el sueño o la vigilia de bajo rendimiento debido a la necedad o la ignorancia. Y al manifestarse pueden causar espanto.
Esto es, precisamente, lo que responsabiliza al “sueño de la razón” de producir siempre monstruos.
"El cuerpo es el sueño de la razón y la inspiración una serpiente enfurecida" Pere Salabert
1 comentario:
curiosa forma de mezclar concepto literario con moda, incluso pintura.
Interesante blog. También te iré siguiendo.
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