Y creo nuestros encuentros. Me recreo en nuestra historia. Me hablo de nuestros besos. Cuento con los dedos nuestro número de versos.
Ando por calles apagadas. E imagino la luz de nuestra ventana.
Huelo las margaritas. Escucho el sonido de tus pasos.
Imagino el galope de cien caballos desbocados. Y vienen a mí los gritos de aquellos que bajo nuestras libertados fueron apaleados.
Saltamos sobre la pureza de trasparentes charcos ensangrentados. El mar bajo los adoquines.Santa lucia. Y algún que otro pájaro disfrazado de estrella fugaz.
Suena aquella música lejana y olvidada. Serrat solo será recordado por el 74. Y escucho tu voz.
Valiente palabras cuando aún ni siquiera te he encontrado.
Acertada respuesta a aquella pregunta.
Si, como no, evidentemente, no cabe duda: hablo del amor.
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Christian 1 - Prosa poética clásica 0
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