viernes, 12 de diciembre de 2008

Ryan McGinley y la pornografia intimista

En estos últimos días muchas conversaciones he tenido a partir de la entrada anterior y sobre los desnudos. Fortuitos o no, finalidad artística, pornográfica, sexual, erótica, ¿que?. Para mi, gran parte de la fotografía y, como no, los desnudos, la pornografía, un hombre masturbándose con una botella (gran foto de Slava Mogutin), para mí todo eso es intimismo, forma parte de la vida de unas personas, creo que es real, que es un documento, que no están posando ni fingiendo. Nan Goldin como gran exponente de ese intimismo, como ejemplo de llegar a lo mas profundo de una persona que, no se, sentada en un banco de la calle lee un periódico o, quizá una revista, o que, por que no, se corre sobre ese periódico o sobre esa revista. No creo que sea ofensivo ni de mal gusto, no creo que lo explicito sea menos atractivo, ni creo en la moralidad ni en la censura. Busco el intimismo, busco retazos de realidad, pero a la vez busco lo recóndito, lo que no se muestra, lo que es difícil de encontrar, aquello a lo que muy pocas personas puedan acceder. Mis fotografías, mis textos, mis pinturas son, normalmente, ejemplo de lo que vivo y lo que siento, en ellas me veo identificado, una manera de abrirme, de decir lo que soy, de soltar lo que llevo pero sin exponerme. Resumiendo, no soy Elina Brotherus.
Un gran ejemplo de este intimismo, de esta manera de captar recuerdos, de mostrarnos los momentos de nuestra vida es Ryan McGinley. Fotografías simples, en ocasiones, estéticamente vacías, pero llenas de significado, de belleza y de un magnifico saber hacer.


























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